Todo comenzó con una furgoneta prestada

En Simó Abogados sabemos que en derecho penal nada está perdido hasta el final. Hoy queremos compartir un nuevo caso de éxito que demuestra cómo una defensa penal sólida, bien construida y comprometida puede cambiar radicalmente el rumbo de una investigación.

Cuando todo parecía estar en contra

Nuestro cliente había alquilado una furgoneta y decidió prestársela a un amigo. Una decisión que parecía inofensiva, pero que acabó convirtiéndose en el inicio de un procedimiento judicial muy delicado. ¿El motivo? Esa misma furgoneta fue presuntamente utilizada para transportar sustancias estupefacientes.

Durante un control policial, el conductor del vehículo —el amigo— desobedeció las indicaciones de los agentes, emprendiendo una peligrosa huida. No solo no se detuvo al ser requerido, sino que abandonó la furgoneta y se dio a la fuga a pie. A pesar de los esfuerzos policiales, no se logró identificar a la persona que conducía.

La investigación señala al titular del contrato

Tras analizar el contrato de alquiler, la Policía identificó a nuestro cliente como titular del vehículo. A partir de ahí, fue vinculado directamente a los hechos, iniciándose una investigación penal por un posible delito contra la salud pública.

Fue en ese momento cuando nuestro despacho asumió su defensa. Sabíamos que no era culpable, pero el procedimiento ya estaba en marcha y los indicios apuntaban, al menos en apariencia, hacia él.

Sembrar la duda razonable: la clave para el archivo

Nuestra estrategia se centró en un principio esencial del derecho penal: nadie puede ser condenado si no hay pruebas claras e inequívocas de su responsabilidad. Analizamos el atestado policial, el procedimiento de identificación, las pruebas aportadas y todas las circunstancias del caso.

La pregunta era sencilla pero fundamental: ¿quién conducía realmente esa furgoneta en el momento de los hechos? La Policía no logró identificar al conductor en ningún momento. No había cámaras, testigos fiables, ni rastro físico del supuesto autor de la huida.

Con todo esto sobre la mesa, acudimos al juzgado y planteamos con solidez nuestras alegaciones. El resultado: el juez acordó el archivo del procedimiento, al considerar que no existían pruebas suficientes para imputar a nuestro cliente por el delito investigado.

Una defensa eficaz, incluso en los casos más comprometidos

Este caso es una muestra más de que en derecho penal una buena defensa técnica y una estrategia clara pueden marcar la diferencia. Lo que a simple vista parecía un caso perdido, se resolvió a favor de nuestro cliente, quien no solo evitó una imputación formal, sino que quedó completamente desvinculado del proceso.

En *Simó Abogados* creemos firmemente en el compromiso con cada persona que acude a nuestro despacho. No damos nada por perdido y abordamos cada asunto con el rigor, la dedicación y la experiencia que exige el derecho penal.

¿Te encuentras en una situación parecida? ¿Te han implicado en un procedimiento judicial sin pruebas sólidas? Llámanos. Estamos aquí para ayudarte.