¿Cuáles son los delitos penales más comunes en España?

Qué hacer si me acusan de un delito en España

Qué hacer si me acusan de un delito en España

La importancia de contar con un abogado penalista especializado

Noticia en España | Abogados Penalistas

  • Autor: Paloma Lobato Cidoncha

EN ESPAÑA

  • Autor: Paloma Lobato Cidoncha

En Simó Abogados, como despacho especializado en Derecho Penal, sabemos que muchas personas creen que los tribunales solo se ocupan de grandes casos mediáticos. La realidad es distinta: gran parte de los procedimientos penales en España nacen de situaciones cotidianas que pueden ocurrir a cualquiera.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), cinco categorías concentran la mayoría de las condenas penales en el país: delitos contra la seguridad vial, lesiones, hurtos, tráfico de drogas y delitos contra la libertad sexual. Todos ellos presentan particularidades propias, pero comparten un elemento común: pueden tener consecuencias muy graves, tanto a nivel personal como profesional, incluso para personas que nunca habían tenido contacto previo con la justicia.

A continuación, se analizan estos cinco delitos y los aspectos más relevantes de cada uno.

1. Delitos contra la seguridad vial

Los delitos contra la seguridad vial representan el 24,6 % del total de condenas en España, lo que los convierte en los más frecuentes.

Entre las conductas habituales que derivan en este tipo de procesos destacan:

  • Conducir bajo los efectos del alcohol o de las drogas.
  • Circular sin permiso de conducción, con el carné retirado o sin haberlo obtenido nunca.
  • Exceder de forma grave los límites de velocidad.

A menudo se confunden estas conductas con simples sanciones administrativas, pero cuando se superan ciertos umbrales legales se transforman en delitos penales con todas sus consecuencias: antecedentes, sanciones económicas elevadas, retirada del permiso de conducir e incluso penas de prisión en supuestos de reincidencia o riesgo grave para terceros.

Lo más relevante es que, en muchos casos, se trata de personas sin historial delictivo previo que, tras una sola imprudencia, se ven inmersas en un procedimiento penal con importantes repercusiones.

2. Delitos de lesiones

En segundo lugar, los delitos de lesiones concentran aproximadamente el 17,3 % de las condenas. Este tipo penal se produce cuando una persona causa un daño físico o psicológico a otra, aunque no sea de gran entidad.

Un empujón en una discusión, un golpe en una pelea ocasional o una agresión en un entorno familiar o laboral pueden dar lugar a un procedimiento penal si existen partes médicos que acrediten la lesión. Además, cuando la víctima requiere tratamiento médico o se produce una secuela permanente, la gravedad del delito y la pena se incrementan notablemente.

En esta categoría se incluyen también muchos supuestos vinculados a la violencia de género y violencia doméstica, que reciben un tratamiento específico y más severo por parte de los tribunales.

3. Hurtos

El hurto es otro de los delitos más comunes, con un 15 % del total de condenas. Se define como la apropiación de un bien ajeno sin utilizar violencia ni intimidación.

Los casos típicos son los hurtos en establecimientos comerciales, en transporte público o en espacios de trabajo. Aunque pueda considerarse un delito de menor importancia, la reiteración es habitual y genera un agravamiento de las penas. La reincidencia, unida al valor de los bienes sustraídos, puede convertir un hurto en un problema serio con antecedentes penales que afectan a la vida cotidiana de la persona condenada.

Conviene recordar que los antecedentes por hurto dificultan la búsqueda de empleo, el acceso a ciertos permisos o incluso la posibilidad de viajar a determinados países, por lo que nunca debe subestimarse este tipo de proceso penal.

4. Tráfico de drogas

El tráfico de drogas representa alrededor del 8,5 % de las condenas penales en España. Aunque suele asociarse a grandes redes de narcotráfico, en la práctica afecta también a personas que, sin ser miembros de organizaciones criminales, portan cantidades superiores a las permitidas para consumo propio.

El Código Penal establece que, cuando la cantidad incautada excede lo que se considera consumo personal y concurren indicios de distribución, se puede imputar un delito de tráfico de drogas. Estos indicios pueden ser la forma de envasado, la existencia de básculas de precisión, el hallazgo de dinero en metálico o comunicaciones que apunten a la venta.

Las consecuencias son graves: penas de prisión, importantes multas económicas y antecedentes penales. Además, el tráfico de drogas está fuertemente perseguido por la justicia, lo que hace que la defensa en estos procedimientos requiera un estudio minucioso de las pruebas policiales y periciales.

5. Delitos contra la libertad sexual

Por último, los delitos contra la libertad sexual representan en torno al 1 % de las condenas. Aunque su porcentaje es menor respecto a otros delitos, su gravedad es muy elevada.

Este grupo abarca abusos y agresiones sexuales, delitos cometidos contra menores y la difusión no consentida de material íntimo. En los últimos años, la legislación española ha reforzado de manera significativa la protección de las víctimas, endureciendo las penas y ampliando el alcance de estos delitos.

Se trata de procedimientos judiciales especialmente sensibles, tanto para las víctimas, que requieren una representación legal que proteja sus derechos y evite una exposición innecesaria, como para los acusados, que deben contar con todas las garantías procesales.

Consecuencias comunes a estos delitos

Más allá de las particularidades de cada categoría, estos cinco delitos comparten consecuencias muy relevantes:

  • Antecedentes penales, que pueden condicionar el futuro laboral, la obtención de permisos y la vida personal.
  • Multas y sanciones económicas de elevada cuantía.
  • Penas de prisión, con privación de libertad en los casos más graves o con reincidencia.

Incluso aquellos delitos que en un inicio se perciben como leves, como los hurtos o determinadas infracciones de tráfico, pueden derivar en antecedentes que limiten notablemente la vida de una persona.

La importancia de una defensa penal especializada

Los datos del INE ponen de manifiesto que cualquier persona puede enfrentarse a un procedimiento penal por una acción aparentemente cotidiana: una imprudencia al volante, una discusión que termina en agresión o la posesión de una cantidad de droga superior a la permitida para consumo.

Ante estas situaciones, resulta fundamental contar con un despacho especializado en Derecho Penal. Una defensa técnica, que conozca en profundidad el procedimiento penal y que sepa detectar irregularidades en pruebas o actuaciones, puede marcar la diferencia entre una condena grave y una resolución más favorable.

Los delitos contra la seguridad vial, las lesiones, los hurtos, el tráfico de drogas y los delitos contra la libertad sexual concentran la mayoría de condenas en España. Con independencia de su gravedad inicial, todos ellos conllevan consecuencias jurídicas y personales que no deben subestimarse.

Nuestro equipo ofrece una defensa rigurosa, estratégica y adaptada a cada caso.

Si se enfrenta a un procedimiento penal o a una investigación judicial, no espere. Contacte con Simó Abogados hoy mismo. Una defensa especializada desde el inicio puede marcar la diferencia entre una condena y una solución favorable.