Sentencia absolutoria en un caso de agresión sexual

El tribunal reconoce la presunción de inocencia de nuestro cliente

El tribunal reconoce la presunción de inocencia de nuestro cliente

Acusado injustamente: cómo evitamos una condena por un delito que no existió

Caso en España | Abogados Penalistas

Agresiones Sexuales, Contra la Libertad e Indemnidad Sexual
  • Revisado: 13-09-2025, a las 09:43h
  • Autor: Eduardo Muñoz Simó

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  • Revisado: 13-09-2025, a las 09:43h
  • Autor: Eduardo Muñoz Simó

En Simó Abogados sabemos que pocas acusaciones tienen tanto impacto personal, social y mediático como la de una agresión sexual. Quien se enfrenta a este tipo de procedimientos no solo arriesga su libertad, sino también su honor, su entorno familiar y su futuro profesional. Por eso, cada vez que asumimos un caso de esta magnitud, lo hacemos con el convencimiento de que la presunción de inocencia no es una mera fórmula jurídica, sino un derecho fundamental que debemos proteger con todas nuestras fuerzas.


Hoy queremos compartir un nuevo caso de éxito que refleja esta filosofía de trabajo: la absolución de nuestro cliente en un procedimiento por agresión sexual en el que, desde el principio, sostuvimos que los hechos habían sido consentidos.

Una acusación con consecuencias devastadoras

Nuestro cliente se enfrentaba a una acusación que podía arruinar su vida. La acusación particular lo señalaba directamente como autor de un delito de agresión sexual, con penas que oscilan entre 6 y 12 años de prisión según el artículo 179 del Código Penal.
Más allá de la amenaza de una condena tan elevada, estaba la presión social y mediática: ser acusado de un delito de esta naturaleza implica un juicio paralelo inmediato, incluso antes de que se pronuncie un tribunal. Familiares, amigos, compañeros de trabajo… todos se ven arrastrados por la sombra de la duda.

La estrategia de defensa: demostrar el consentimiento

En Simó Abogados dejamos claro desde el inicio cuál era nuestra tesis: los hechos habían sido consentidos. Y el propio tribunal acabó confirmándolo en la sentencia.
Nuestra estrategia se apoyó en tres pilares fundamentales:

  1. Declaraciones de las partes:   
    Analizamos minuciosamente las declaraciones del denunciante y del denunciado, identificando contradicciones en el relato acusatorio. Destacamos que, en cuanto se manifestó un límite, nuestro cliente lo respetó de inmediato.
  2. Mensajes y comunicaciones posteriores:   
    Presentamos pruebas de mensajes posteriores entre ambos, que reflejaban una relación normalizada, sin signos de coacción, intimidación o violencia. Esto fue clave para desmontar la idea de que existiera una agresión.
  3. Pruebas forenses:
    Los informes médicos y periciales fueron concluyentes: no existía ningún rastro que avalara los hechos denunciados. En cambio, reforzaban la hipótesis de un encuentro consentido.

 La sentencia: un triunfo de la presunción de inocencia

Tras el juicio oral, el tribunal fue claro y contundente: no existía delito alguno. La sentencia absolutoria reconoció que no había pruebas que permitieran condenar a nuestro cliente, y recordó que en el derecho penal la duda siempre debe resolverse a favor del acusado.
Esta decisión supuso no solo la libertad de nuestro cliente, sino también la restitución de su derecho a la presunción de inocencia, gravemente puesto en entredicho durante meses de procedimiento.

El impacto humano de la acusación

No debemos olvidar que, más allá de lo jurídico, estos procedimientos tienen un coste humano inmenso. Nuestro cliente y su familia pasaron por meses de angustia, miedo e incertidumbre.
En Simó Abogados sabemos que acompañar al cliente en estos procesos no es solo una cuestión técnica, sino también personal: escuchar, explicar con transparencia en qué punto está el procedimiento y ofrecer seguridad en momentos de máxima presión es parte esencial de nuestro trabajo.

Lo que este caso nos recuerda

Este caso nos enseña varias lecciones fundamentales:

  • Una acusación no equivale a culpabilidad. Hasta que no existe una sentencia firme, toda persona debe ser tratada como inocente.
  • Las pruebas son la clave. No basta con señalar: es necesario acreditar con hechos y peritajes objetivos lo que se denuncia.
  • El consentimiento importa. Cuando se demuestra que existió, no hay agresión. Y en nuestro caso, el propio tribunal lo constató.
  • La defensa penal marca la diferencia. Una estrategia clara, apoyada en la ley y en la prueba, puede cambiar radicalmente el desenlace de un procedimiento.

El compromiso de Simó Abogados

Como despacho especializado en Derecho Penal, en Simó Abogados defendemos cada día a clientes que se enfrentan a procedimientos por delitos graves: desde agresiones sexuales hasta delitos contra la salud pública, homicidios, corrupción o grandes estafas.


Nuestra labor no se limita a aplicar la ley, sino a proteger los derechos fundamentales de quienes confían en nosotros. Trabajamos en procedimientos de gran complejidad en toda España, con sedes en Madrid, Murcia y Águilas, y con disponibilidad para desplazarnos allí donde sea necesario.


Sabemos que un procedimiento penal puede ser el momento más difícil de tu vida. Por eso, nuestra filosofía es clara: rigor técnico, cercanía con el cliente y compromiso absoluto con su defensa.


La absolución de nuestro cliente en este caso por agresión sexual demuestra que la justicia funciona cuando se respeta el derecho de defensa y se valora la presunción de inocencia.


En Simó Abogados seguiremos luchando para que ninguna persona sea condenada sin pruebas sólidas y para que el sistema penal sirva a su verdadera función: proteger derechos y garantizar un proceso justo.


¿Necesitas ayuda?

Si te enfrentas a una acusación penal, recuerda: no estás solo. En Simó Abogados ponemos a tu disposición un equipo experto en derecho penal, con experiencia en casos de alta complejidad y la firme convicción de que la defensa comienza desde el primer minuto.



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